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Entradas

De casi cristiano a cristiano

Necesitamos ser identificados como cristianos verdaderos y no como casi cristianos, necesitamos que nuestras vidas muestren servicio al prójimo, sacrificio y tener esa humildad y gracia de Jesús en nosotros. Si los jóvenes de entre los de afuera dicen que no pueden ver a Jesús en nuestra vida, tenemos que resolver su problema del "Jesús escondido" y debemos reflejar la luz de Cristo.  Si estamos dispuestos a examinar nuestra vida, me gustaría sugerir cuatro claves que nos pueden ayudar a pasar de ser casi cristianos a ser cristianos verdaderos; lo cual nos facultará para representar de manera más precisa a Jesús delante de los escépticos de afuera. Estas cuatro perspectivas provienen de la manera en que Jesús vivió. Estas son: 1) responder correctamente, 2) conectarse con la gente, 3) ser creativo y 4) servir a la gente. 1) La primera clave es que Jesús tenía la perspectiva correcta al enfrentar la crítica. No parecían molestarle los críticos. La Escritura enfatiza que ...
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Alegría en lugar de tristeza

Alegría en lugar de tristeza Permita que vaya directamente al punto: si se siente usted deprimido en este preciso instante, no tiene que permanecer deprimido. Tome aliento y reemplace la tristeza por la alegría. Puede comenzar en este mismo instante a pasar del “pozo del dolor” a un lugar donde encuentre paz,  estabilidad, y sanidad.  Es normal que las personas sientan “bajas” o estén “desanimadas” cuando experimentan una circunstancia triste, como la muerte de un ser querido o, la pérdida de un empleo, una separación o alguna otra pérdida importante. Sin embargo, cualquiera que experimente depresión continua sin una causa reconocible debería saber que eso puede conducirle a un grave dolor emocional juntamente con síntomas físicos. La depresión y la ansiedad pueden llegar hasta el punto de evitar que usted viva una vida productiva y satisfactoria. Si esto le describe a usted o a algún ser querido, es lo que esta pasando hoy en día, pues la depresión esta afectando a ...

Persistente, no repetitivo

Es difícil establecer reglas estrictas sobre el tema de con cuánta frecuencia se debe orar por una misma situación. He oído a algunos decir: "Ore repetidamente hasta que reciba la respuesta". He oído decir a otros: "Si usted ora más de una vez por una cosa, es porque cree que no la obtuvo la primera vez". Yo no creo que podamos hacer reglas estrictas sobre la oración, pero pienso que hay algunas pautas que podemos aplicar y que nos ayudarán a tener mayor confianza en el poder de la oración. Si mis hijos me dicen que sus zapatos están gastados y necesitan otros nuevos, es probable que les responda: "Está bien, se los compraré tan pronto como pueda". Lo que querría de mis hijos es su confianza. Querría que ellos confiaran en que voy a hacer lo que me pidieron que haga. No me importaría, y estaría bien, que ellos ocasionalmente me dijeran: "Papá, estoy esperando esos nuevos zapatos" o "Papá, estoy entusiasmado con los nuevos zapato...

Tu pasado no define tu futuro

Tu pasado es la tinta que utiliza el mundo para escribir tu historia. ¿Cuál es tu historia? La historia de algunos está llena de victorias, la de otros está plagada de tristezas y desilusiones. Pero de algo podemos estar seguros, y es de que aun en medio de nuestras transgresiones, caminos errados y tormentas de la vida, Dios puede glorificarse y transformar tu situación en victoria. ¡Nada es imposible para Dios! Esta es mi historia... y la quiero compartir contigo de modo que puedas ser testigo del amor, la misericordia y la fidelidad de Dios hacia sus hijos. He experimentado el poder del amor de Dios que restaura y transforma. Donde este mundo dictó “pérdida y muerte”, Dios selló y decretó “propósito y vida” mediante la sangre de Cristo. Por eso, no me avergüenzo de gritarle al mundo que ¡Dios hace TODO nuevo! Los que estamos en Cristo podemos tener la certeza de que sin importar el inicio, la conclusión de nuestra historia tiene asegurado un final feliz, ya que la sangre de ...

¡Sonreír es asunto serio!

A veces tenemos la tendencia a ser personas muy serias. ¡Pero hay que aprender también que debemos tomar en serio la necesidad de sonreír!  Años atrás comencé a buscar del Señor para encontrar la verdadera libertad y salir de esa seriedad en la que vivía. El Señor día a día me enseño que tenía que aprender a expresar más la alegría que está dentro de mi corazón. Él sabe que está allí, pero Él quiere que lo manifestemos para que otros lo vean y sean bendecidos. Recuerdo una mañana empecé a hablar con Dios como lo hago todas las mañanas y Dios habló a mi corazón y me dijo: “Me gustaría que sonrieras cuando hables conmigo”. Mi rostro no quería sonreír. Eran las seis de la mañana y a esa hora cualquier cara está tiesa, pero obedecí y empecé a sonreír.  El Salmo 30:5 nos dice, “…en la mañana vendrá la alegría”. En la mañana, cuando tú abres tus ojos, el gozo está ahí contigo. No siempre puedes sentir ese gozo, hasta que lo activas y comienzas a usarlo con el propósito p...

La comunicación es algo más que hablar

El mero hecho de abrir su boca, y que de ella surjan algunas palabras no significa necesariamente que usted se esté comunicando. La comunicación implica mucho más que simplemente usar palabras, y a veces las palabras hacen muy poco por promover la intimidad y la comprensión. La comunicación eficaz involucra varias acciones a la vez: escuchar, hablar, expresiones faciales, tono de la voz, y, más que nada, comprensión. Quiero analizar seis niveles de comunicación que es importante entender.  Nivel 1. Pequeña charla.  El nivel más bajo de intimidad es cuando usted se comunica con breves clichés que transmiten mínima información con un mínimo esfuerzo. “Pasame la sal.” “¿Qué tal tu día?” “Bien.” “De acuerdo.” “Bueno.” “¡Sí, claro!” “¿Qué hiciste hoy?” “Nada.” “¡Oh!” “Nunca.” Esta clase de comunicación no requiere concentración ni esfuerzo. En términos de intimidad, casi carece de sentido. Esto no significa que las pequeñas charlas y las palabras automáticas c...

Piense acerca de lo que está pensando

La Biblia presenta instrucciones detalladas sobre la clase de cosas en las que debemos pensar. Puede ver en Filipenses 4:8 que se nos enseña que debemos pensar en cosas buenas y positivas, y no en cosas negativas. Todo lo que el Señor nos dice es para nuestro bien. Nuestros pensamientos afectan nuestro estado de ánimo. Dios conoce qué es lo que nos hace felices y lo que nos pone tristes. Cuando las personas se llenan de malos pensamientos, se sienten mal, y he aprendido por experiencia personal que las personas tristes y deprimidas terminan deprimiendo también a los demás.  Hágase un examen personal y pregúntese: "¿En qué he estado pensando?". Tómese un tiempo para examinar los pensamientos que ocupan su mente. "Pensar acerca de lo que se está pensando es muy valioso". Durante muchos años, honestamente creí que era infeliz debido a lo que los demás hacían o dejaban de hacer. Culpaba a mi familia y al mundo por mi tristeza. Pensaba que sería feliz si ello...