Necesitamos ser identificados como cristianos verdaderos y no como casi cristianos, necesitamos que nuestras vidas muestren servicio al prójimo, sacrificio y tener esa humildad y gracia de Jesús en nosotros. Si los jóvenes de entre los de afuera dicen que no pueden ver a Jesús en nuestra vida, tenemos que resolver su problema del "Jesús escondido" y debemos reflejar la luz de Cristo.
Si estamos dispuestos a examinar nuestra vida, me gustaría sugerir cuatro claves que nos pueden ayudar a pasar de ser casi cristianos a ser cristianos verdaderos; lo cual nos facultará para representar de manera más precisa a Jesús delante de los escépticos de afuera. Estas cuatro perspectivas provienen de la manera en que Jesús vivió. Estas son: 1) responder correctamente, 2) conectarse con la gente, 3) ser creativo y 4) servir a la gente.
1) La primera clave es que Jesús tenía la perspectiva correcta al enfrentar la crítica. No parecían molestarle los críticos. La Escritura enfatiza que los creyentes serán perseguidos y que el mensaje de la cruz no les hace sentido a los de afuera. Pablo escribe que si sufrimos por ser cristianos, deberíamos alabar a Dios porque estamos conectados con Cristo.
Cuando Jesús enfrentó la crítica, algunas veces habló; otras veces respondió con silencio. Ocasionalmente dijo una historia (o una parábola) para responder a una pregunta; en otras ocasiones citó al Antiguo Testamento. Algunas veces les dijo a sus oyentes qué pensar; en otras ocasiones respondía con preguntas francas, desviando la acusación o forzando a los que cuestionaban que "descubrieran" la verdad ellos mismos.
Como Jesús, necesitamos aprender a responder a la crítica de una manera correcta y apropiada. Las respuestas negativas de los de afuera no nos deberían debilitar. Pero debemos considerar si nuestra respuesta a los opositores está motivada por defender la fama de Dios o nuestra propia imagen.
2) Otra manera de pasar de una fe casi cristiana a una verdadera fe cristiana es realizar una evaluación precisa de la manera en que Jesús influenció a sus discípulos. Fue principalmente a través de relaciones y amistades.
Cuando se trata de nuestra interacción con los de afuera, tenemos que darnos cuenta de que nuestras relaciones, nuestras interacciones con la gente, comprenden la imagen de Jesús que la gente va a retener. Dios ha hecho a los seres humanos de manera que la influencia espiritual suceda más comúnmente a través de relaciones. La meta es que las personas puedan ver que No "publicitamos" el mensaje cristiano; sino que verdaderamente lo vivimos. No necesitamos exagerar o demostrar la fe; necesitamos abrazar al prójimo y mostrarles el realismo de seguir a Cristo.
3) Jesús fue un maestro de la comunicación. Atraía a la gente que no estaba acostumbrada a su estilo, habilidad y mensaje y se conectaba con ellos de maneras creativas. Hizo que conceptos difíciles cobraran vida y utilizó el lenguaje de la gente común para ayudar a dirigirlos a la profundidad espiritual. Sin embargo, no solamente fueron sus habilidades de oratoria o historias interesantes lo que fascinaba a la gente. Sino su pasión por conectarse con el corazón de las personas.
4) El cuarto desafío de los seguidores de Cristo recae en la manera que consideramos nuestro papel entre los de afuera. Para ser mas como Cristo, debemos cultivar una profunda preocupación por los de afuera, así como una gran sensibilidad hacia ellos. Eso fue lo que hizo Jesús. Debemos sacrificarnos por el prójimo y orar por ellos.
Actualmente el cristianismo es conocido por ser distinto de Jesús; una de las mejores maneras de cambiar esa percepción sería estimar y servir a los de afuera con bondad. Esto significa ser compasivos, tiernos de corazón y misericordiosos con las personas que son diferentes a nosotros.
Nuestra postura como cristianos hacia los de afuera debería reflejar el amor de Dios y la profundidad de lo que la Escritura enseña. Dejemos de ser casi cristianos y empecemos a ser seguidores verdaderos de Cristo.
Recordemos lo que dice La Escritura: "puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca". (Apocalipsis 3:16)
Recordemos lo que dice La Escritura: "puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca". (Apocalipsis 3:16)
Comentarios
Publicar un comentario