Este es el asunto. La Biblia enseña que solo hay una raza, la raza humana, pero hay varios grupos de personas que se ven diferentes. ¿Cómo funciona esto?
De acuerdo a la Biblia, toda persona, tú, tus vecinos, el chico que vende café, vino de Adán y Eva (Hechos 17:26). Entonces, ¿Cómo terminamos con tantos diferentes tonos de piel? Es probablemente más simple que lo que piensas, pero esto requerirá un poco de genética básica. (No te preocupes, lo mantendremos simple.)
El tono de piel es dominado por múltiples genes y es bastante complicado, pero con el motivo de simplificar, supón por un momento que hay solamente dos genes. Los genes vienen en pares. Durante la reproducción, la mitad de los genes transmitidos a los hijos viene de cada padre. Para este argumento, asignemos las letras “A” y “B” a los genes que se codifican con grandes cantidades de melanina (el pigmento marrón que se encuentra en la piel de toda persona). También usemos las letras “a” y “b” para designar a los genes con pequeñas cantidades de melanina.
En los grupos de personas con piel muy oscura, estos individuos portan genes AABB y solo producen descendencia de piel oscura. En los grupos de personas con piel muy clara, los individuos portan genes aabb y solo producen descendencia de piel clara.
Si un varón y una mujer de cada grupo se unen y producen un niño, la combinación de sus genes AABB y aabb daría lugar a un niño que porta los genes AaBb de melanina y su tono de piel sería “medio marrón”. Ahora, si dos personas que portan los genes AaBb se casan y se reproducen, su hijo tendría una amplia gama de colores de piel.
Si Adán y Eva eran los dos medio marrón (AaBb), ellos habrían producido hijos con una amplia gama de colores. De pronto, todos nosotros siendo una raza no se ve tan complicado.
Está bien, entonces eso explica los diferentes tonos de piel, pero ¿Cómo se dividieron los diferentes grupos de personas como lo estamos ahora? Nuevamente, podemos encontrar la repuesta en la Biblia.
Haciendo Una Corta División
En Génesis 11, nuestros antepasados se rehusaron a obedecer el mandato de Dios de esparcirse y llenar la tierra. En cambio, ellos comenzaron a construir un monumento a su insolencia, quizás lo conozcas como la Torre de Babel. Dios juzgó la desobediencia de nuestros antepasados al imponer diferentes lenguajes por grupos de familia. Esta confusión de lenguas los forzó a dispersarse sobre la tierra como Dios le había mandado.
Finalmente, ellos se congregaron con otros que compartían un lenguaje en común e instantáneamente se desarrollaron barreras en la reserva genética. Las personas no tan solo no se inclinaban a no casarse con alguien que no entendían, sino que grupos enteros de personas que hablaban el mismo idioma tendrían dificultades relacionándose y confiando en aquellos que no entendían. Estos grupos de personas migraron o fueron forzados a separarse los unos de los otros hacia diferentes partes del mundo.
La dispersión en Babel rompió el gran mestizaje del grupo de la humanidad a grupos más pequeños con poca variabilidad genética. Cada grupo tenía diferentes mezclas de genes para varias características físicas. Todo tipo de factores modificaron la frecuencia de ciertas combinaciones de genes, causando así una tendencia para diferentes características dominantes. En otras palabras, hijos y nietos compartían los mismos genes básicos que sus antepasados tomaron consigo desde Babel.
Características raciales
Detrás del tono de piel, se usan otras características para distinguir un grupo de personas de otro. Éstas incluyen cabello liso y ondulado, el grosor de labios y la forma de los párpados. Estas características se habrían desarrollado o convertido más prominentes en varios grupos aislados de personas a través de las generaciones. Lamentablemente, en lugar de dar la gloria a Dios por las diferencias entre nosotros, nosotros, los seres humanos caídos, las usamos como excusa para juzgar a nuestro compañero.
Una sangre
La Palabra de Dios es clara. Sólo hay una raza.
Hechos 17:26 dice: “Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación.”
Podemos hablar correctamente de grupos de personas, pero sólo entendiendo que estos grupos representan a lo que la Biblia se refiere como “tribus” o “naciones”. Las personas tienen herencias étnicas y culturales que pueden ser honradas y celebradas.
Pero todos somos una sangre. Aun en medio de nuestras diferencias, somos iguales.
En ResumenEntonces, ¿Cuál es el punto? La Biblia nos dice, y la genética lo confirma que todos somos descendientes de Adán y Eva. Sin importar el color de nuestra piel, somos una sola raza . . . pero también significa que todos somos pecadores, como nuestros primeros padres, y todos necesitamos de Jesucristo.
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