A veces tenemos la tendencia a ser personas muy serias. ¡Pero hay que aprender también que debemos tomar en serio la necesidad de sonreír!
Años atrás comencé a buscar del Señor para encontrar la verdadera libertad y salir de esa seriedad en la que vivía. El Señor día a día me enseño que tenía que aprender a expresar más la alegría que está dentro de mi corazón. Él sabe que está allí, pero Él quiere que lo manifestemos para que otros lo vean y sean bendecidos.
Recuerdo una mañana empecé a hablar con Dios como lo hago todas las mañanas y Dios habló a mi corazón y me dijo: “Me gustaría que sonrieras cuando hables conmigo”.
Mi rostro no quería sonreír. Eran las seis de la mañana y a esa hora cualquier cara está tiesa, pero obedecí y empecé a sonreír.
El Salmo 30:5 nos dice, “…en la mañana vendrá la alegría”. En la mañana, cuando tú abres tus ojos, el gozo está ahí contigo. No siempre puedes sentir ese gozo, hasta que lo activas y comienzas a usarlo con el propósito para el que te fue dado.
Cuando la alegría llega a tu vida, otras personas se contagian. Pero cuando la alegría solo está dentro de ti sin ser evidente a otros puede crear un ambiente alrededor de ti tan serio que solamente trae aflicción.
El Señor me ministró y me mostró que podemos tener una relación con Él fuerte sin tener que ser tan serios. A veces somos tan serios que la gente no sabe cómo reaccionar frente a nosotros.
Entendí que el gozo es “luz” y la angustia es “oscuridad”. Los dos no pueden habitar juntos. Si quiero que mi hogar esté lleno de luz, yo necesito “alegrarme”.
Nuestros hogares deben de ser lugares felices. Debemos manifestar el gozo del Señor.
Si una mujer tiene gozo, su esposo estará feliz de regresar a su casa. Todo el mundo quiere regresar a un lugar feliz.
Si una mujer tiene gozo, su esposo estará feliz de regresar a su casa. Todo el mundo quiere regresar a un lugar feliz.
El gozo es contagioso. Una persona lo tiene y después otra y luego otra, y antes de que lo sepas, ¡todo el mundo está feliz!
El gozo cambia las circunstancias
Si el gozo del Señor está en su interior, pero no se sonríe ni muestra su brillo, usted se verá agrio. Desde el punto de vista natural, la forma en que las personas se comportan con usted depende mucho de como usted le cae, como ellos los perciben.
Todos sabemos cómo sonreír. Es uno de los regalos de Dios. Una sonrisa hace que la gente se sienta bien y la gente se ve tan hermosa cuando sonríe. Nunca pensé que el sonreír era un asunto tan serio. Buenas cosas vendrán a nuestras vidas si aprendemos a expresar el gozo a través del deleite sereno de la sonrisa. Una de esas cosas es que reflejamos la luz de Jesús a otros.
Dios le habló a mi corazón y me dijo que la mayoría de la gente no sabe cómo expresar su alegría cuando sus circunstancias cambian para mal. Si usted opera en el gozo del Señor ahuyentará las malas circunstancias que no son divinas porque ellas están llenas del enemigo. El enemigo no soporta el gozo del Señor, así que si usted actúa en ese gozo, Satanás y las circunstancias negativas se moverán fuera del camino. Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense!
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