Jesús ofreció a los miembros de su equipo el beneficio de estar conectados: Me moveré con ustedes,y juntos podemos sanar enfermos, alimentar a los pobres y hacer que una montaña se mueva. Los vehículos que podían hacer que esto ocurriera fueron la fe y la oración. Mucho antes de que los teléfonos celulares se inventaran, Jesús ya estaba conectando a su equipo y tenía un alcance ilimitado.
Una vez, recibí una llamada de un Pastor, y me dijo: «He estado orando por ti todos los días».
Yo le dije: «Pastor, yo sé que lo ha estado haciendo; pude sentirlo».
Eso me hizo preguntarme qué tan lejos pienso que llegan mis oraciones. Me incliné ahí para renovar mi confianza en el poder de la oración que tiene alcance ilimitado, y para ser un consistente transmisor, más que una débil señal que se interrumpa siempre que aparece una montaña.
La tecnología ha ofrecido a los equipos múltiples maneras de permanecer en contacto los unos con los otros. Ahora las compañias y las empresas transmiten por Internet sus reuniones mensuales. Muchos grupos de ventas se mantienen en contacto a través de un vídeo mensual que detalla las estrategias de ventas. Los empresarios envían sus noticias por los portales de Internet para mantener a sus empleados conectados. Toda esta conectividad es para ayudar a la gente a sentir y recordar que no están solos.
Jesús es uno de los más bellos ejemplos de la forma en la que se administra un equipo. Jesús oraba por su equipo constantemente, y también les enseñaba a orar. Cuando Jesús estaba lejos de su equipo, en una de sus últimas noches en la tierra, él oró así: «Yo... te pido que los guardes del mal... Te pido que estén conmigo en el Paraíso».
Qué tontos somos cuando tomamos nuestros celulares para hablar el uno con el otro, pero nos sentimos avergonzados acerca de conectarnos con Dios verbalmente frente a otros.
Qué tontos somos cuando tomamos nuestros celulares para hablar el uno con el otro, pero nos sentimos avergonzados acerca de conectarnos con Dios verbalmente frente a otros.
Hermano, hermana, ¿está usted usando el poder de la oración a favor de su equipo? ¿Y acaso no es la oración, después de todo, la máxima tecnología de comunicación? Jesús oró constantemente. Fue bilingüe en ese sentido, pues combinaba el lenguaje terrestre con el lenguaje celestial, y enseñaba a su equipo a hacer lo mismo. Él administró a su equipo con oración.
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