Sálvame, Señor mi Dios, porque en ti busco refugio!
¡Líbrame de todos mis perseguidores!
De lo contrario, me devorarán como leones;
me despedazarán, y no habrá quien me libre. (SALMOS 7)
¡Líbrame de todos mis perseguidores!
De lo contrario, me devorarán como leones;
me despedazarán, y no habrá quien me libre. (SALMOS 7)
Coleccionista de enemigos
Sin esforzarnos mucho, pareciera que coleccionamos enemigos y personas que con su envidia y celos, buscan nuestra caída y vernos derrotados. No necesitamos darles motivo alguno, el simple hecho de vernos sonreír les afecta, lo que me lleva a concluir que la razón principal para que esto suceda, es la falta de felicidad en sus vidas
No importa cuanto lo intenten, si permanecemos firmes en el Señor, Él nos librará de la opresión que ejerzan en nuestra contra. Él allana caminos de justicia y a cada uno le da lo que merece conforme a sus acciones.
Dios es justo; si has sido honesto, te recompensará en cualquier situación en la que te encuentres; si has pedido su ayuda, no tardará en responder y te socorrerá como escudo para que los dardos de quienes te persiguen no te alcancen. Toda acción tiene una consecuencia y tarde o temprano, aquellos que te han hecho daño tendrán que pagar por cada ofensa conforme a lo que el Señor dictamine que debe suceder.
Coleccionamos enemigos, pero también acumulamos bendiciones cuando reaccionamos de una manera benigna y adecuada. El Señor nos ha llamado a bendecir y no a maldecir, a orar por nuestros enemigos, a no pagar mal por mal, sino a estar siempre dispuestos a restaurar relaciones, buscando estar en paz con todo y con todos.
El Señor tiene un plan para todo lo que te sucede. El Señor es tu escudo y fortaleza y no permitirá que quienes te atacan y persiguen, logren su cometido. Deja todo en las manos del Señor y aparta de tu corazón el sentir rencor o ganas de vengarte. El Señor es tu ayudador, y tu abogado defensor. Confía en su poder porque El Señor es un juez justo.
Comentarios
Publicar un comentario