¿Alguna vez has querido ser como alguien más?

Considero que las redes sociales provocan el deseo de ser otra persona. Generalmente, cuando te comparas con otros y entra el sentimiento de que no eres suficientemente, inteligente, talentoso, popular, etcétera. Esta percepción afecta nuestras emociones y nuestra seguridad.

Al respecto, he descubierto en la Biblia casos interesantes. Lucifer quiso ser como Dios y se rebelo en el cielo. Luego el diablo en la tierra convenció a Adán y a Eva con la tentación: “si comen del fruto serán como Dios” y los hombres también se revelaron. Sin embargo Dios creó a Lucifer como un ángel hermoso, también creó al hombre y a la mujer a imagen y semejanza de Dios. Tú y yo ya somos originales, no somos copias, somos valiosos y únicos.

En la Biblia también he leído sobre Juan el Bautista y me sorprende descubrir que era alguien demasiado original. Las Escrituras detallan que usaba ropa tejida con pelo rústico de camello y llevaba puesto un cinturón de cuero. Se alimentaba con langostas y miel silvestre. A pesar de que era primo de Jesús, jamás quiso ser como Él. Juan sabía quién era, cuál era su propósito en la vida y estaba completamente seguro con eso. A pesar de que las personas le preguntaban quién era él, Juan respondía con toda franqueza y humildad que su propósito era abrirle camino a Jesús. La clave para tener esa gran confianza en sí mismo era saber cual era el plan de Dios para su vida.

También en una oportunidad, Jesús preguntó a sus discípulos quién era Él. Todos le decían algo diferente, "Tu eres Elias" "Tu eres Jeremías" "Tu eres un profeta que resucito" sin embargo, no le molestaron las respuestas porque Jesús estaba seguro de quién era, el único discípulo que pudo responderle fue Pedro que le dijo "Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente"

Es normal que pasemos momentos de inseguridad pero no te compares ni trates de ser alguien que no eres. Cuando batalles con esos momentos y emociones solo recuerda que eres único, que tienes un propósito y mientras más conoces a tu Creador, más te conoces a ti mismo. Así que acércate a tu Padre para que te revele y fortalezca tu identidad.