Démosle la bienvenida a la actitud positiva que nos fortalece para enfrentar cada situación. Podrías decirme: “Es fácil decirlo, pero usted no sabe por lo que estoy pasando…” Y es cierto. Los problemas abundan, lo sé. Cada uno enfrenta sus batallas. Sé que las tuyas son intensas y desgastantes. Por eso, hoy he sentido la urgencia de animarte.
En la Palabra dice que había una mujer cananea que se acercó a Jesús y, ella le insistió por el milagro de sanidad para su hija.
Esta valiente mujer se arriesgó por amor a su hija. Imagino que ese día, quizá se vio al espejo y se dijo: “Voy a ir donde esta Jesús, porque dicen que hace milagros. Yo voy a conseguir que sane a mi hija. No voy a detenerme hasta lograrlo”. Y así lo hizo.
Las personas le decían que se callara, pero eso no la desanimó, ni siquiera las palabras de Jesús provocaron que diera la vuelta y regresara a casa con el consuelo de haberlo intentado. Al contrario, sacó fuerzas de flaqueza y le insistió hasta que Él dijo: “Grande es tu fe, que se haga como tú quieras”.
Ella es una de mis héroes de la Biblia porque, con firmeza, dijo no al no. Ella usó su fe, insistió y obtuvo el milagro para su hija. Si has clamado una y otra vez por una respuesta, no desistas. Insiste. La solución a nuestra dificultad va de la mano de un: “Sí lucharé por obtener el milagro que mi Padre tiene para mí”.
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