Una vez alguien me dijo que, para ella, la premisa más reconfortante del cristianismo era la seguridad de un principio. En el libro de Génesis, nos dice: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra…”. Estas primeras palabras de la Escritura proclaman audazmente que no estamos perdidos ni vagamos en un círculo cósmico de tiempo y accidente, aislados de todo significado. En el corazón del cristianismo está uno que participó en la fundación del mundo y que, con amor, belleza y sabiduría, hizo que la vida y la historia comenzaran. Se nos da el mundo a través de un creador bueno, creativo y relacional. La creación tiene la misma imagen de su creador. Por eso, Agustín sostuvo que hay un rastro del Creador en cada criatura. Es la historia de una creación que se extiende desde el principio de los tiempos y continúa incluso en el momento más insignificante de nuestros días. La bondad de Dios se puede ver en las actividades diarias de un mundo inmenso y sorprendente. El cristianismo quiere que las personas conozcan su historia de origen, para “probar y ver que el Señor es bueno”, para deleitarse en Dios como hacedor de todas las cosas. Hoy y desde el principio, no estamos solos ni sin propósito; fuimos hechos por El Padre, el hacedor del cielo y de la tierra.
Este es el asunto. La Biblia enseña que solo hay una raza, la raza humana, pero hay varios grupos de personas que se ven diferentes. ¿Cómo funciona esto? De acuerdo a la Biblia, toda persona, tú, tus vecinos, el chico que vende café, vino de Adán y Eva ( Hechos 17:26 ). Entonces, ¿Cómo terminamos con tantos diferentes tonos de piel? Es probablemente más simple que lo que piensas, pero esto requerirá un poco de genética básica. (No te preocupes, lo mantendremos simple.) El tono de piel es dominado por múltiples genes y es bastante complicado, pero con el motivo de simplificar, supón por un momento que hay solamente dos genes. Los genes vienen en pares. Durante la reproducción, la mitad de los genes transmitidos a los hijos viene de cada padre. Para este argumento, asignemos las letras “A” y “B” a los genes que se codifican con grandes cantidades de melanina (el pigmento marrón que se encuentra en la piel de toda persona). También usemos las letras “a” y “b” para desi...
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